Un nuevo reporte publicado recientemente destaca que el sistema alimentario global es el factor principal de la pérdida de biodiversidad, que continuará acelerándose a menos que cambiemos la manera en que producimos los alimentos. El documento, lanzado por Chatham House, en alianza con el Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA) y Compassion in World Farming, declara que cambiar los patrones dietéticos a nivel mundial hacia dietas más basadas en plantas y menos productos animales, podría reducir la presión en el medio ambiente y el uso de suelos.
Este reporte revela que solo la agricultura se identifica como una amenaza para el 86% de las especies en riesgo de extinción, es decir, 24,000 de las 28,000. “La pérdida de biodiversidad se está acelerando alrededor del mundo. La tasa global de extinción de especies hoy es más alta que la tasa promedio de los últimos 10 millones de años”, dice la publicación. Por otro lado, el sistema de producción de alimentos global es un gran causante del cambio climático, responsable de cerca del 30% del total de emisiones producidas por los humanos.
“Gran parte de los terrenos dedicados a la agricultura son utilizados para alimentos de animales, que luego son usados para alimentar humanos. Este es un sistema ineficiente,” dice Diamela Covarrubias, directora de la ONG Sinergia Animal, que trabaja para promover elecciones alimentarias más compasivas y sustentables en América Latina y el Sudeste Asiático.
Un área de tierra que puede ser usada para producir 100 gramos de proteínas vegetales, sólo puede producir 4 gramos de proteínas en forma de carne, por ejemplo. Sólo en Estados Unidos, 390 millones de personas más podrían ser alimentadas con los granos que hoy son destinados al ganado. Por lo tanto, quitar a los animales como intermediarios de nuestro sistema alimentario requeriría una producción agrícola menos intensiva a nivel global, disminuyendo la presión sobre ecosistemas claves. Sin embargo, hoy en día sólo un 55% de las calorías de las cosechas mundiales están destinadas a alimentar directamente a las personas.
Al mismo tiempo, el apetito por pescado y otras especies del mar está acabando con los ecosistemas marinos. La industria pesquera obtiene miles de millones de peces cada año de los océanos y, además, amenaza a otras especies. Por ejemplo, el 40% de los animales atrapados son por pesca, una situación común cuando los navíos pesqueros buscan una especie, pero capturan muchas otras y la red de pesca es abandonada en el agua, representando alrededor del 85% de los desechos en ciertos sectores del océano. Por otro lado, la rápida expansión de la acuicultura no es una alternativa sustentable: se estima que, entre 460 billones y 1,100 trillones de peces son atrapados en el mar cada año para alimentar a los peces en granjas.
Los productos animales como la carne, pescados, mariscos, lácteos y huevos están entre los alimentos más insostenibles que podemos consumir. Si reducimos su producción de manera significativa, mucha menos tierra sería utilizada para plantaciones, y eso significa que habría menos presión sobre los bosques y otros ecosistemas. Así también, mientras más reducimos el consumo de pescados, los océanos serán menos explotados”, explica Covarrubias.
Sinergia Animal propone que cada persona puede ayudar a detener el daño cambiando a una dieta basada en plantas. Para esto, la organización creó el Desafío 21 Días Veg que apoya a los consumidores a comer más vegetales con consejos diarios, recetas, ayuda de expertos nutricionistas y una comunidad. Solo en 2020 más de 18 mil personas se inscribieron.
Regístrate gratis en www.desafio21diasveg.com.
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