Dalgi es un perro de asistencia que ayuda a Catalina, su dueña, en el manejo de sus crisis y apoyo emocional. La legislación actual chilena sólo contempla a los perros de asistencia para personas con discapacidades físicas, por lo que Catalina y Dalgi buscan crear la “Ley Dalgi”, para que exista una legislación donde se permita tener perros de asistencia psiquiátrica. La petición en la plataforma Change.org ha juntado más de 8 mil firmas a nivel nacional, y busca que el tema sea abordado por el Congreso.
Dalgi es un perro de raza akita y ha sido entrenado para acompañar y ser parte de la terapia de su dueña, Catalina Trujillo, quien tiene trastorno bipolar y crisis de angustia. Dalgi tiene su certificado para ser un perro de apoyo emocional, pero eso no es suficiente.
“El certificado de apoyo emocional te lo puede dar un psiquiatra o psicólogo, es para personas que sufren de distintos problemas psicológicos y a las que su perro les ayuda a calmarse”, explica Catalina, la dueña de Dalgi y la creadora de la petición.
“[Este certificado] no le permite entrar a todos lados conmigo, solo ayuda en algunas aerolíneas, legalmente no sirve para nada más y yo necesito estar con Dalgi en lugares públicos por si tengo una crisis”, cuenta Catalina.
En Chile, actualmente solo existe la Ley 25.025, que contempla a los perros de asistencia para personas con discapacidades físicas, pero no psiquiátricas. Esta ley especifica que “toda persona con discapacidad (…) tendrá el derecho a ser acompañada permanentemente por un perro de asistencia”.
Sin embargo, un perro de apoyo emocional es distinto a un perro de servicio. “El de apoyo simplemente ayuda acompañando, mientras que el de servicio realiza distintas terapias, como la terapia de presión profunda, que es similar a un abrazo. Dalgi se acuesta encima mío y la presión en los músculos ayuda a calmarme en estados de crisis, e incluso ayuda a bajar el ritmo cardíaco”, explica Catalina.
Bajo este contexto, para Catalina y Dalgi se vuelve complejo realizar actividades cotidianas como ir al supermercado o utilizar el transporte público.
“Muchas veces no puedo entrar a distintos lugares con Dalgi, por lo que no me puede ayudar a prevenir o lidiar con mis crisis”, cuenta Catalina. “No culpo a las personas que no nos dejan pasar, ya que legalmente no tienen la obligación, y lo que hago es buscar otro lugar, o esperar la siguiente micro”, agrega.
Por eso, Catalina junto a Dalgi, han comenzado una petición en la plataforma Change.org para que exista una legislación donde se permita tener perros de asistencia psiquiátrica, petición que llamó “Ley Dalgi”.
Ley Dalgi
Al no existir una ley que contemple a los perros de asistencia para personas con discapacidades psiquiátricas, Catalina Trujillo levantó una petición en la plataforma de activismo digital, Change.org, llamada “Por la Ley Dalgi: Permitan perros de servicio psiquiátrico en Chile”, con el fin de que perros como Dalgi puedan brindar este servicio a sus dueños, y está dirigida al Congreso pleno.
Actualmente, la Ley 20.025 especifica que “se entenderá por ‘perro de asistencia’ aquel que fuere individualmente entrenado para realizar labores en beneficio de una persona con discapacidad”.
También, que “toda persona con discapacidad (…) tendrá el derecho a ser acompañada permanentemente por un perro de asistencia, a todo edificio, construcción, infraestructura o espacio de uso público, sea de propiedad privada o pública, destinado a un uso que implique concurrencia de público”.
Y, sobre el uso de transporte, la legislación menciona que “estas personas, junto con sus perros de asistencia, tendrán derecho a acceder y circular en cualquier medio de transporte terrestre o marítimo de pasajeros que preste servicios en el territorio nacional, sea gratuito o remunerado, público o privado, individual o colectivo”.
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Debido a esto, Catalina creó la petición “Por la Ley Dalgi: Permitan perros de servicio psiquiátrico en Chile”, la cual ha juntado más de 8 mil firmas en todo el país para que, tal como ella comenta, “los perros de asistencia estén bien regulados y se certifiquen según su comportamiento, ya que el sistema actual puede perjudicar a los que necesitamos perros de apoyo si alguien tiene uno que no sabe comportarse, además de que así los dueños no tendríamos negada la entrada a lugares con nuestros perros de asistencia”.
Así, Catalina busca que se cree una Ley Dalgi que contemple a los perros de asistencia para discapacidades psicológicas “para poder entrar a todos lados con él y sentirme segura de que él me ayudará a prevenir mis crisis y, en caso de tener una, a poder lidiar con ella”.
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